El trabajo escasamente cualificado, la etiqueta de las personas con discapacidad

La imagen de las personas con discapacidad que desempeñan un trabajo se asocia a tareas poco cualificadas, rutinarias, monótonas y nunca de cara al público. Estos son algunas de las conclusiones obtenidas en el estudio ‘Actitud del entorno empresarial respecto a la contratación de personas con discapacidad en el actual contexto de crisis económica’.
Elaborado por la Fundación ONCE y el Fondo Social Europeo, esta investigación revela, además, que frente a la pregunta concreta acerca de la imagen del colectivo, hay dos tipos de discapacidad que, de inmediato, aparecen en la mente de entrevistado: la física y la intelectual. Silla de ruedas y síndrome de Down.
En cuanto al trabajo que podrían desempeñar estos dos grupos de personas, los entrevistados afirman que las personas con síndrome de Down “realizarían funciones repetitivas y mecánicas”, como las de un repartidor, mientras que las personas en silla de ruedas “se encargarían de funciones más administrativas, como las de secretaria o recepcionista.
Por otra parte, la percepción sobre el grado de inserción laboral de las personas con discapacidad es heterogénea. Para algunos, están suficientemente integrados en el Tercer Sector, ya que la mayoría encuadra su trabajo en la ONCE, Fundosa Grupo y distintas ONG. Otros, sin embargo, creen que la integración del colectivo es nula o casi.
Otra de las conclusiones del estudio es que se percibe que los entrevistados perciben que hay muchas personas con discapacidad que no trabajan “porque no quieren” y que, cuando se les llama para hacer una entrevista de trabajo “ponen dificultades”. Una coincidencia de todos los participantes en el estudio es que la Administración debería desarrollar más iniciativa encaminadas a integrar laboralmente al colectivo, tanto incorporando a personas con discapacidad en sus instituciones, como instando a empresas privadas a ensanchar sus plantillas con estos trabajadores.
Este estudio se ha realizado a partir de un muestreo de dos mil entrevistas telefónicas asistidas por ordenador.
Fuente: Solidaridad Digital